Tal vez una manera de escapar a la crisis consista en aprovechar lo que desecha la gente. Si se coge lo que la gente tira, se arregla, se rediseña de algún modo, pintándolo por ejemplo, y se le cambia el nombre o la utilidad, se puede vender a un precio asequible. Los costos de materiales serán muy pequeños, y por poco dinero que se produzca revertirá a la empresa directamente, que podrá invertirlo en arreglar y mejorar aquéllo que tira la gente. Si la cosa funciona se ira retroalimentando de manera que cada vez se conseguirán más recursos. Sólo falta que se tenga la suficiente cabeza a la hora de repartir beneficios entre los socios, y que se deje suficiente dinero para que se mantenga la empresa y para investigar nuevas soluciones.
Hay empresas que lo están pasando muy mal. Por ejemplo, en la zona donde vivo abundan las carpinterías tanto familiares, como empresas que dan trabajo a mucha gente y como cooperativas. Durante años he visto como sacaban los mismos tipos de muebles. Cambiaban el diseño de vez en cuando según la moda imperante pero nada más. ¿Por qué no se les ha ocurrido sacar una línea económica como en otros negocios?, es decir, usando materiales menos nobles pero diseñando los muebles para que sean igual de resistentes, dándole mayor protagonismo al diseño, y sobre todo, a la practicidad del mueble. Por qué no emplean artesanos que tallen la madera que por un lado puedan crear complementos para los muebles que venden, como artículos que se puedan vender independientemente. Incluso podrían dedicar parte de la producción de esos artesanos para venderla a otras carpinterías. ¿Por qué no crean una sección para reparación de muebles?. Dado que estamos en crisis, la gente prefiere reparar que comprar algo nuevo que le saldrá más caro.
En general para cualquier empresa podríamos decir, que la clave está en reducir costes sin que se resienta en exceso la calidad, y mejorando el diseño que es lo que atrae a mucha gente. (Hay mucha gente que compra cosas para fardar con los amigos)